L’analyse de ce récit de séjour à New York en 2001 met à jour une double exemplarité littéraire. Le recours à l’exemple, dans une perspective argumen- tative, permet de démontrer la thèse implicite du texte – la fragilité de l’existence. c’est ainsi que la ville de New York est présentée comme métonymie du monde et de son équilibre précaire, notamment au moyen de l’évocation du 11 septembre, transformé en symbole de la catastrophe apocalyptique. De plus, le narrateur-personnage, en tension constante entre l’expérience sensible et l’universalité de l’Humanité, instaure, davantage qu’un pacte autobiographique traditionnel, un « pacte de sincérité » avec le lecteur, établi sur la construction de sa figure en témoin. L’exemplarité n’est alors plus seulement une stratégie de démonstration mais le vecteur d’une éthique personnelle fondée sur le regard soucieux d’autrui et sur l’empathie. Le narrateur-témoin est ainsi érigé en modèle digne d’être imité. Si l’identifi- cation du lecteur est programmée par des stratégies scripturales précises, elle est aussi facilitée par les propres failles du personnage-narrateur qui, loin de s’ériger en héros, fonde son exemplarité sur la revendication d’une condition humaine partagée.
El análisis de este relato de «temporada» en Nueva York en 2001 revela una doble ejemplaridad. El uso del ejemplo, dentro de una perspectiva argumentativa, permite demostrar la tesis implÃcita del texto –la fragilidad de la existencia. Asà es como la ciudad de Nueva York aparece como una metonimia del mundo y de su precario equilibrio, principalmente mediante la evocación del 11 de septiembre, que se convierte en sÃmbolo de la catástrofe apocalÃptica. Además, el narrador- personaje, en constante tensión entre la experiencia sensible y la universalidad de la Humanidad, instaura con el lector, más que un pacto autobiográfico tradicional, un «pacto de sinceridad» establecido en la construcción de su propia figura en testigo. La ejemplaridad ya no es sólo una estrategia de demostración, sino también el vector de una ética personal fundada en la mirada preocupada por el otro y la empatÃa. El narrador-testigo se erige asà en modelo digno de ser imitado. Si la identificación del lector la condicionan unas estrategias de escritura determinadas, la facilitan también los fallos del propio personaje-narrador que, lejos de erigirse en héroe, funda su ejemplaridad en la reivindicación de una condición humana compartida.
El análisis de este relato de «temporada» en Nueva York en 2001 revela una doble ejemplaridad. El uso del ejemplo, dentro de una perspectiva argumentativa, permite demostrar la tesis implÃcita del texto –la fragilidad de la existencia. Asà es como la ciudad de Nueva York aparece como una metonimia del mundo y de su precario equilibrio, principalmente mediante la evocación del 11 de septiembre, que se convierte en sÃmbolo de la catástrofe apocalÃptica. Además, el narrador- personaje, en constante tensión entre la experiencia sensible y la universalidad de la Humanidad, instaura con el lector, más que un pacto autobiográfico tradicional, un «pacto de sinceridad» establecido en la construcción de su propia figura en testigo. La ejemplaridad ya no es sólo una estrategia de demostración, sino también el vector de una ética personal fundada en la mirada preocupada por el otro y la empatÃa. El narrador-testigo se erige asà en modelo digno de ser imitado. Si la identificación del lector la condicionan unas estrategias de escritura determinadas, la facilitan también los fallos del propio personaje-narrador que, lejos de erigirse en héroe, funda su ejemplaridad en la reivindicación de una condición humana compartida.
