Au xxe siècle, en Espagne, un discours de défense de la communauté culturelle et économique entre l’espagne et ses anciennes colonies se maintient, quel que soit le régime en place. Mais le pays n’avait pas toujours les moyens de sa politique, notamment dans les dix premières années du franquisme. L’empire fonctionne alors comme exemple pour la bourgeoisie espagnole, de deux façons : en tant qu’objet d’imitation utilisé dans la propagande et en tant que pourvoyeur d’enseignements. Il est un mythe, mais le souvenir de sa décadence renvoie à la nécessité pour l’espagne de détenir des capitaux nationaux à investir en dehors, ce qui implique un recentrage sur elle-même. La figure de l’inspirateur de l’Institut National de l’Industrie, Juan antonio Suanzes, est significative à cet égard.
Sea bajo la denominación de «raza», «hispanidad» o «comunidad cultural», la idea de una comunidad hispana se mantiene en la España del siglo xx indepen- dientemente de los regÃmenes polÃticos vigentes. No siempre tuvo España suficiente potencia económica para defender este ideal. El Imperio fue motivo omnipre- sente en la propaganda franquista, pero más allá del mito ejemplar, actúa como ejemplo en la medida en que su decadencia llevó a plantearse el problema de la presencia de capitales nacionales para invertir fuera. Juan Antonio Suanzes, artÃfice del Instituto Nacional de Industria, se adhiere al mito imperial pero al mismo tiempo promueve el desarrollo de capitales autóctonos: por eso nos detenemos en su figura.
Sea bajo la denominación de «raza», «hispanidad» o «comunidad cultural», la idea de una comunidad hispana se mantiene en la España del siglo xx indepen- dientemente de los regÃmenes polÃticos vigentes. No siempre tuvo España suficiente potencia económica para defender este ideal. El Imperio fue motivo omnipre- sente en la propaganda franquista, pero más allá del mito ejemplar, actúa como ejemplo en la medida en que su decadencia llevó a plantearse el problema de la presencia de capitales nacionales para invertir fuera. Juan Antonio Suanzes, artÃfice del Instituto Nacional de Industria, se adhiere al mito imperial pero al mismo tiempo promueve el desarrollo de capitales autóctonos: por eso nos detenemos en su figura.