La diuisio aristotelicienne de la practica philosophia en scientia ethica, c’est-à-dire la maîtrise de soi, en scientia oeconomica, entendons l’administration des biens familiaux, et en scientia politica, qui traite du gouvernement de la cité, fut reprise durant l’Antiquité tardive par des auteurs comme Boèce, dans ses commentaires à l’ouvrage de Porphyre de Tyr, le Isagogè, Cassiodore, dans les Institutiones, et saint Isidore de Seville, dans les Ethymologiæ, puis, durant le Haut Moyen Âge, par l’érudit irlandais Sedulius Scottus, dans son livre intitulé Liber de rectoribus christianis. Vers le milieu du xiiie siècle, cette division tripartite s’impose dans les specula principum occidentaux les plus lus, comme en témoigne l’analyse de l’organisation du discours dans le De eruditione principum de Wilhelm Peraldus, dans la Segunda Partida et, à un degré moindre, dans le Espéculo d’Alphonse X le Sage, comme dans le De regimine principum de Gilles de Rome. Ces specula se révèleront essentiels dans la construction d’une nouvelle identité royale.
Expuesta, en la Antigüedad tardía, por autores como Boecio, en sus comentarios a la Isagoge de Porfirio, Casiodoro, en las Institutiones, o San Isidoro de Sevilla, en sus famosas Ethymologiæ, y, en la Alta Edad Media, por el erudito irlandés Sedulio Escoto, en su exquisito Liber de rectoribus christianis, la diuisio aristotélica de la practica philosophia en scientia ethica, a saber, el dominio de sí mismo, scientia oeconomica, es decir, la administración de la hacienda familiar, y, por último, scientia politica, esto es, el gobierno del reino, se impondría, en la segunda mitad del siglo xiii, como principio estructurante de los más destacados specula principum occidentales. Así lo atestigua la organización discursiva del De eruditione principum de Guillermo Peraldo, de la Segunda Partida y, en menor medida, del Espéculo de Alfonso X el Sabio, así como del De regimine principum de Egidio Romano, specula primordiales para la forja de una nueva identidad real.
Expuesta, en la Antigüedad tardía, por autores como Boecio, en sus comentarios a la Isagoge de Porfirio, Casiodoro, en las Institutiones, o San Isidoro de Sevilla, en sus famosas Ethymologiæ, y, en la Alta Edad Media, por el erudito irlandés Sedulio Escoto, en su exquisito Liber de rectoribus christianis, la diuisio aristotélica de la practica philosophia en scientia ethica, a saber, el dominio de sí mismo, scientia oeconomica, es decir, la administración de la hacienda familiar, y, por último, scientia politica, esto es, el gobierno del reino, se impondría, en la segunda mitad del siglo xiii, como principio estructurante de los más destacados specula principum occidentales. Así lo atestigua la organización discursiva del De eruditione principum de Guillermo Peraldo, de la Segunda Partida y, en menor medida, del Espéculo de Alfonso X el Sabio, así como del De regimine principum de Egidio Romano, specula primordiales para la forja de una nueva identidad real.
