Cet article s’intéresse à l’évolution des miroirs du prince au XVIe siècle et plus précisément au rôle joué par la diffusion de la pensée de Machiavel – et par la réaction à cette pensée – dans l’évolution de cette littérature qui se caractérise essentiellement par l’affirmation de l’exemplarité du prince et par celle du statut du texte lui-même, censé présenter au prince un idéal auquel se conformer. Nous verrons que si Machiavel a bien, comme on l’a souvent dit, fait voler en éclats l’image du prince idéal paré de toutes les vertus, et a eu sans doute une influence sensible sur certains textes espagnols qui tendent à s’écarter de la tradition des miroirs, l’utilisation qui fut faite en Espagne dans le dernier tiers du XVIe siècle de son nom plus que de sa pensée finit par permettre, paradoxalement, de renouveler et de refonder une littérature parénétique qui, tout en réactivant les traditions des anciens miroirs, accueillait de nouvelles préoccupations et une nouvelle conception des nécessités de l’art de gouverner.
El presente artículo se dedica al estudio de los espejos de príncipes en el siglo XVI, centrándose más particularmente en el papel que tuvieron la obra de Maquiavelo y las reacciones que suscitó en España dicha obra en la evolución de un género cuyas características esenciales eran la afirmación de la ejemplaridad del príncipe y de la función educativa del mismo texto. Si bien la obra de Maquiavelo, que según se ha dicho rompe el espejo y acaba con la imagen idealizada del príncipe, pudo tener influencia en ciertas obras españolas que se alejan de la tradición de los espejos, constatamos una paradoja: la utilización que se hizo en España del nombre de Maquiavelo a finales del siglo XVI permitió una renovación o reactivación de esta misma tradición, haciendo entrar en ella parte de las preocupaciones y de las concepciones nuevas del arte de gobernar.
El presente artículo se dedica al estudio de los espejos de príncipes en el siglo XVI, centrándose más particularmente en el papel que tuvieron la obra de Maquiavelo y las reacciones que suscitó en España dicha obra en la evolución de un género cuyas características esenciales eran la afirmación de la ejemplaridad del príncipe y de la función educativa del mismo texto. Si bien la obra de Maquiavelo, que según se ha dicho rompe el espejo y acaba con la imagen idealizada del príncipe, pudo tener influencia en ciertas obras españolas que se alejan de la tradición de los espejos, constatamos una paradoja: la utilización que se hizo en España del nombre de Maquiavelo a finales del siglo XVI permitió una renovación o reactivación de esta misma tradición, haciendo entrar en ella parte de las preocupaciones y de las concepciones nuevas del arte de gobernar.
